DESIERTO DE MERZOUGA, BAJO EL CIELO BEREBER.


DESIERTO DEL SÁHARA
MERZOUGA, MARRUECOS

Recorte de la revista "Lonely Planet"

Que podemos decir que no se halla dicho ya sobre el Sáhara.
Creemos que lo expuesto sobre estas lineas define muy bien lo que el viajero experimenta al adentrarse en este mundo de dimensiones infinitas.
A pesar de que nuestro viaje no ha sido más que un mero "tour turístico", ha servido para avivar nuestras ansias de conocer este entorno (austero) pero de una belleza cautivadora.
Adentrarse en las arenas del Sáhara a lomos de un dromedario al atardecer es algo que hay que vivir al menos una vez en la vida.
Los atardeceres, amaneceres y sus noches con cielos sembrados de millones de estrellas, son sin duda unos de sus mayores atractivos.
Al caer el Sol sobre el horizonte, las sombras se dibujan sobre un lienzo rojo y los sentidos se acentúan a un nivel increíble...

Al final del reportaje os dejamos una serie de consejos que os serán muy prácticos en vuestra primera toma de contacto con el desierto.









La poca vegetación existente, va desapareciendo según nos vamos adentrando en las dunas.

                 



Pocos minutos después de adentrarnos en las dunas, todo lo conocido por nosotros desaparece, se nos presenta el silencio, la nada, el vacío, un horizonte de arenas infinitas, de lineas curvas, de luces y sombras.
Una sensación de aislamiento nos abruma y nos hace (en cierto modo) sentirnos como uno de esos personajes de aventuras, de cuentos  del enigmático y exótico oriente.











A lomos de los dromedarios avanzamos lentamente sobre este mar de arena, con dunas de dimensiones increíbles, que nos recuerdan al oleaje de un mar embravecido.





A menudo se levanta una pequeña corriente de aire que levanta los pequeños granos de arena desde lo más alto de la cresta. Las dunas están vivas, cambian de forma, se desplazan y arrasan con lo que encuentran en su camino.

De camino al campamento, encontramos a un Bereber tumbado sobre en la arena, disfrutando de la tranquilidad del atardecer.

Avanzamos a paso lento y las dunas van cobrando cada vez más altura.




Con las últimas luces del día, llegamos al campamento, situado bajo una duna de 150 m. de altura, una de las más altas del "Erg Chebbi".






Uno de los momentos más delicados del viaje, bajar del dromedario.
A pesar de que el recorrido no ha sido demasiado largo, nuestras ingles y traseros "urbanitas" se resienten considerablemente



Acompañados por nuestro guía, nos designa una jaima donde pasaremos la noche, aunque en nuestro caso preferimos dormir al raso dada la elevada temperatura que hacía en el interior.
                    

Tras la cena, nuestros guías nos amenizaron la noche con unos cánticos Bereberes, de los que terminamos formando parte del grupo.

Antes de irnos a dormir, decidimos dar una vuelta por los alrededores del campamento en busca de algo de vida nocturna. A pesar de que vimos muchas huellas tan solo llegamos ver algún que otro coleóptero correteando por la arena y un par de jerbos. También escuchamos un gato del desierto.


Amanece (y sin desayunar) volvemos a subirnos a nuestros dromedarios para iniciar el camino de regreso.









Entre las dunas pudimos ver alguno de los pozos que los Bereberes utilizan en sus desplazamientos por el desierto.
Poco a poco algunos de nuestros compañeros ( cansados de ir en dromedario ), deciden continuar el viaje a pie.
Contemplamos con tristeza como vamos dejando atrás las dunas e intentamos grabar en nuestra memoria cada instante, cada imagen, cada forma y disfrutamos del espectáculo que nos ofrece el amanecer en el desierto.

Las primeras palmeras anuncian nuestra próxima salida de las dunas.


                 









Para aquellos que tengan intención de viajar al desierto, aquí os dejamos unos consejos:

- Muy importante llevar mínimo 2 litros de agua por persona, ya que en los campamentos no disponen de agua potable ni bebidas a la venta.

- Aconsejamos no contratar una excursión en grupo para conocer el desierto, mejor prepararse el viaje uno mismo; es posible y bastante fácil. Encontrarás muchos guías marroquíes que te ofrecerán paseos en dromedario personalizados y en solitario.

- Si eres escrupuloso o miedoso no vayas al desierto; hay poca higiene en los campamentos:
 En los servicios (un agujero en el suelo como water) , comida, colchones (un trozo de gomaespuma fino sobre la arena), insectos que notarás subiéndose por tus piernas mientras duermes, sonidos de animales que escucharás por la noche...
No está de mas llevarse un saco sábana, ya que las sábanas del lugar dejan bastante que desear.

- Antes de contratar cualquier excursión o otro tipo de servicios acordar los precios, ya que los marroquíes son muy pícaros. Siempre regatearles ya que multiplicarán mínimo 3 veces el precio.

-NUNCA JAMAS BEBER AGUA DEL GRIFO O DE UN POZO si no quieres sufrir una fuerte gastroenteritis (esto es aplicable a todo Marruecos, incluso lavarse los dientes con agua del grifo supone un riesgo). Llevarse anti-diarreicos, serán vuestra salvación.

-No viajar al desierto durante los meses de verano, ya que se alcanzan los 50 grados. Llevar crema solar, gafas de sol, pañuelo para la cabeza para protegernos del sol y la arena, y abrigo para la noche ya que baja bastante la temperatura.

-Después de pasar 1 hora encima del dromedario empezarás a sentir dolor en las ingles. Lo mejor es relajarse y dejarse llevar durante el trayecto, o bajarse y continuar el camino a pie. También esta la opción de ir hasta el campamento en 4x4.

- Si queréis algún consejo extra o alguna pregunta puedes escribirnos al e-mail y os contestaremos encantados:
akuarius56@hotmail.com

Si puedes superar todos estos inconvenientes podrás disfrutar de la inmensidad y la soledad del desierto y de las noches estrelladas que te ofrece este lugar. Verás la Vía Láctea como nunca la habías visto.